Según un estudio de la Universidad de Texas publicado en la revista Journal of Consumer Research, hacer regalos que entran en conflicto con nuestros principios, preferencias y creencias nos hace sentir física y psicológicamente incómodos. Gestualmente, explican los investigadores, se traduce en que al entregar el presente fruncimos los labios, apartamos los ojos del objeto y cruzamos los brazos. Y tras hacer un regalo con el que no estamos de acuerdo, con frecuencia buscamos inmediatamente adquirir productos que reafirmen nuestra identidad.Por ejemplo, si somos de un equipo de fútbol y regalamos a nuestro sobrino la camiseta del equipo contrario, probablemente acudiremos al kiosco más cercano en busca del periódico deportivo de nuestro mismo signo para sentirnos mejor. “Un regalo que contradice tu visión del mundo puede tener costes para ti”, advierten los autores del estudio.
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