
El gen en cuestión se denomina AUTS2 y había sidorelacionado previamente con el autismo y el trastorno hiperactivo por déficit de atención. El nuevo análisis, realizado por un consorcio internacional de científicos liderado por el Imperial College de Londres (Reino Unido), ha detectado dos variantes del gen, una de ella tres veces más común en la población. Las personas con la versión menos frecuente del gen consumen por término medio un 5% menos de alcohol. Según los científicos, el gen es más activo en zonas del cerebro vinculadas a los mecanismos fisiológicos de recompensa, por lo que podría jugar un papel importante a la hora de regular el refuerzo positivo que sentimos cuando ingerimos bebidas alcohólicas. Los investigadores han comprobado que este mismo gen tiene una función similar en ratones y en moscas de la fruta.
Los científicos creen que hay más genes que determinan el deseo de consumir alcohol. Sin embargo, hasta el momento sólo se había descubierto otro gen, el CYP2E1 que controla la metabolización de alcohol en el hígado, que tiene un impacto en la ingestión de la sustancia. Entendiendo las bases biológicas y genéticas del consumo de alcohol, los investigadores esperan “desarrollar terapias y tratamientos preventivos para combatir el alcoholismo”.
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