
Según relatan los ingenieros, las dificultades del proyecto han residido, principalmente, en la reducción del fenómeno conocido como "franja de ruido". Básicamente consiste ajustar el paralaje de las imágenes para conseguir que la sensación de 3D sea perfecta y no se aprecie la superposición de imágenes.
Los científicos parecen haber dado con las claves para ajustar la tecnología 3D a grandes formatos, lo que abre las puertas a aplicaciones en el terreno industrial y de ocio hasta ahora impensables. El reto para sus creadores es que la nueva pantalla y sus sucesoras no sólo reproduzcan imágenes creadas por ordenador, sino también escenas naturales y humanas con grandes dosis de realismo.
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